Die Guten Bürger
(The Good Citizens)
Die guten Bürger toma la estructura del museo como punto de partida para realizar una reflexión en torno al individuo, la colectividad y la influencia recíproca de ambas. Los límites del espacio, los objetos simbólicos y la acción performativa conforman una narrativa en la que el movimiento y el lenguaje se ven dirigidos por lo físico y lo simbólico, por el contexto y la materia, por la sociedad y el tiempo, haciendo eco de aquellos condicionantes conscientes e inconscientes que dirigen nuestro movimiento, nuestro lenguaje y nuestro pensamiento. El espacio expositivo se utiliza como un microcosmos aséptico que permite abordar las convenciones y mecanismos de influencia social sobre el individuo desde un punto de vista conceptual y simbólico; desproveyendo la acción de un contexto que tenga relación con un entorno realista. Así, las protagonistas de Die guten Bürger inician su viaje como individuos para embarcarse en un proceso de socialización que se convertirá en un tira y afloja en el que el proceso se muestra más revelador que el resultado.